En los confines de lo conocido, lindando con lo ilimitado, se hallaba la galaxia de la Sinceridad. En ella se encontraban miles, millones de planetas y estrellas, pero había un mundo que destacaba por su intenso brillo y por el lugar que ocupaba, ya que estaba en el mismo centro de tan maravillosa galaxia. Este planeta giraba en torno a un sol plácido, pausado, tranquilo, sosegado, pero, a la vez, transmisor de una inmensa energía que no parecía tener fin. Esto era debido a su profunda conexión con lo ilimitado que le hacía traspasar cualquier tipo de frontera que pudiéramos llegar a imaginar. Alrededor del mundo Verdad giraba un hermoso satélite que cambiaba de color a voluntad, según las necesidades y la propia evolución del planeta al cual estaba vinculado. Este hermoso satélite era conocido como Fantasía.
Los habitantes del mundo Verdad eran de las más variopintas razas y formas, pero, aun así, todos estaban unidos. Todos tenían la capacidad de conocerlo todo de todos, pues esto era uno de los santos y señas del planeta, al estar, como su propio nombre indica, lleno de verdad. No había nada que ocultar pues todo era de una absoluta transparencia, por tanto, cada ser se mostraba de una sola y auténtica manera, tal y como era. No existían los dobles sentidos, las ironías, las manipulaciones, ni cualquier cosa que pudiera insinuar algo de oscuridad o negrura, ni siquiera el humor negro. Los seres crecían y se desarrollaban abrazados desde el principio a su innata trasparencia. La vida era un juego y jugar era la vida. Siempre estaban creando, divirtiéndose, desde pequeños, haciendo realidad sus fantasías. Por esto la frase "estas en la luna" era muy utilizada, puesto que así se llamaba su querido satélite.
Todos los seres resplandecían, al igual que el planeta que les servía de hogar, emanando luz por todas partes. No existía el color propiamente dicho ya que siguiendo el ejemplo de su luna fantasía cambiaban su energía a voluntad para mostrar su colorido. La comunicación era instantánea, directa, silenciosa, amorosa. Las relaciones eran multidiversas, a imagen y semejanza de esa infinitud que tenían tan cerca. Se daban entre personas, entre especies distintas, entre las personas y Fantasía, entre las personas y Verdad, sirviendo de perfecto "caldo de cultivo" a la expresión de la inmensidad de la vida.
Pero el mundo Verdad no está sólo. También está unido a nosotros, terrestres imberbes que no se conocen a sí mismos. Por lo tanto, la oportunidad está Aquí. Puedes conocer este mundo en cualquier momento. Tú decides.