Son momentos que se suceden,
que se van comiendo los espacios
hasta quedarse vacíos,
donde la necesidad hiere,
donde lo inestable se hace presente.
Y todo se da la vuelta
para que puedas verte.
Lo que hay oculto,
lo que hay detrás,
lo que parece,
llenando las rendijas
de formas aparentes,
construyendo un castillo
que no sabe protegerte.
En medio de todo: Tú,
solo, vacío, inerte,
deslumbrado por las ramas
de una planta inexistente,
sin ganas de morir,
a lo antiguo, a lo evidente.
Sigues queriendo vivir
y mientras sigas vivo
no te acompañará la muerte.
Los momentos vacíos
sólo buscan quererte.