lunes, 24 de abril de 2023

Meditación

En el lugar donde me encuentro,
tu voz es todavía un susurro
que acaricia mis oídos lentamente,
comunicándome la música de las esferas.
En tu manto de eternidad
brillan las estrellas de mis ojos cerrados,
deseando verte en el esplendor de tu gloria
sin que nada pueda distraerme de tu presencia.
Quizás, es mucho lo que desconozco aún de ti,
y sigues a mi lado,
esperando paciente mi regreso.
Tú, que lo sabes todo de mí,
sostienes mi tímido avance
con la fuerza de mil galernas celestiales,
convirtiendo cualquier sendero
en un edén iluminado
hacia el cáliz de tu omnipresencia.
Acompañado cada día por la calma
yo me siento, con la firme voluntad de conocerte,
en el espacio íntimo de nuestro paraíso.
Dejando atrás las ataduras de los sentidos
desaparezco en la nada,
y ahí estás, 
cual destello sublime 
que cabalga todos mis silencios.
Es entonces aquí, 
en este remanso de eterna paz,
cuando soy tuyo para siempre.