Allí,
un lugar conocido,
íntimo, querido.
Lleno de Paz,
vacío de artificio,
donde brilla la verdad,
es el paraíso.
A tu alcance,
a tu lado,
en tu camino.
Quien mueve tus pasos
es aquel que está
en todos sitios.
Haz su voluntad.
Despierta de tu olvido.
Así podrás encontrarle
en cada curva del destino.
Deja de mirar atrás,
asienta tu pie firme
en la presencia del Divino,
saldrás de la celda del apego,
de la prisión del materialismo,
pudiendo ser al fin libre
en el gozo del Espíritu.