golpeado por olas de silencio
que gritan tu nombre a cada momento,
recojo los pedazos de un corazón maltratado
por los vientos de tu ausencia.
No tengo valor
para negar la evidencia.
Hay claros indicios de un delito de amor,
cometido al margen de la ley,
por la responsabilidad de unos actos
carentes de sentido.
Pero, ¿acaso tiene sentido el Amor?
Me convierto en un paria social
cuando, huyendo de la dictadura de la costumbre,
fabrico mis propios sentimientos
sin regla alguna que pueda encerrarlos.
Y, aun así, apartado a veces, solo,
encuentro la paz del universo
en unos labios que pronuncian
mis más profundos secretos.
Descubro la inmensidad de tu presencia
en el fulgor de una mirada.
Sigo caminando para descubrir,
a cada paso, que el jardín de mis sueños
florece sin medida,
regado por las lágrimas de felicidad
de ese Amor que nos aguarda.
Por ello, hermano, hermana, compañero de viaje,
acompáñame, que yo te acompañaré a ti con gusto.
Y juntos, descubriremos el Amor,
transformaremos la realidad,
recorreremos los senderos más profundos del alma.
Para, finalmente, fundirnos con el infinito,
donde el mar no tiene olas,
donde el viento no sopla ausencias,
donde tu nombre y el mío
son el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario