Cuando consigues estar de verdad contigo,
la soledad desaparece,
la necesidad desaparece,
el miedo desaparece.
Te conviertes en líder incausado,
todo es como debe ser,
justo en su momento,
en el instante perfecto.
Todos los instantes se convierten en uno solo:
El momento presente.
Y todo lo que ahí transcurre
está lleno por completo de paz.
Ni un gramo de disputa rompe tu armonía
pues tú sólo tienes un dueño:
El infinito Amor que eres.
Lo creado te abraza sin medida,
y te transformas en un faro de luz
que alumbra cualquier camino.
Los juicios y las comparaciones ya no existen,
pues esa luz que eres todo lo llena.
La oscuridad se convierte en ilusoria,
pues aun en ese estado transitorio,
pervive tu luz.
Y así, con la humildad de tus pasos como semilla,
siembras la cosecha de la abundancia,
para que tus hermanos de camino,
que siempre han estado y estarán contigo,
recojan los frutos del Amor verdadero.