En el oscuro túnel
de las incertidumbres,
la mente marchita
se encuentra perdida.
No acierta a encender
el fuego de la sabiduría.
Aquel que muestra los destinos,
los caminos de salida.
Intenta buscar oxígeno,
prender una llama
que no se extinga.
Intenta encontrar ungüentos
que sanen las heridas,
pero la mente no puede
entender la vida.
La mente no ve.
La mente grita,
pidiendo explicaciones
a lo que no se explica.
Por eso, cuando calla,
percibe la dicha.
Y la luz,
escondida en el túnel,
se hace protagonista.
Maravilloso
ResponderEliminarMe encanta esto:
ResponderEliminar"La mente no ve.
La mente grita,
pidiendo explicaciones
a lo que no se explica."
Dani.