domingo, 22 de marzo de 2020

Contagio

Estoy contagiado de Amor.
No quiero vacunas,
no quiero remedios,
para esta situación.
Si estoy enfermo,
eso, quiero decidirlo yo.
No me valen las distancias,
las voces de alarma,
o el miedo como solución.
Me abrazo a cada momento.
Me toco por todas partes.
Me paro a jugar con Dios.
Cada persona que aparece
es extensión de mi corazón.
Recibo en mi casa al mundo,
a seres de distinta condición,
y el contagio se propaga,
con confianza y sin temor.
Los síntomas son comunes,
alegría y buen humor.
Es un virus perfecto.
Es el virus del Amor.




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