jueves, 29 de agosto de 2024

El hombre de las mil bocas

El hombre parloteaba,
palabra tras palabra,
sin importar la temática.
En su afán de opinar
jamás callaba,
hablar era su estampa.
Su boca se agrandó,
sus oídos no escuchaban,
empequeñecían su alma.
Su lengua inquieta
parafraseaba sin pausa.
Idea tras idea,
sin reflexión ni alabanza.
Era tal su adicción
a opinar sin sustancia
que cualquier signo de silencio
le asustaba.
Para él quedarse mudo
era algo aterrador,
lo mataba.
Un día en el espejo se miró
y vio mil bocas en su cara.
Sus oídos habían huido,
ya no estaban.
Decidió entonces cambiar,
quitarse la careta que llevaba.
Los oídos volvieron a crecer,
la boca se hizo pausada.
Y pudo al fin hablar,
con las palabras exactas.




jueves, 22 de agosto de 2024

Aparición

Aquí está.
Llegó.
De repente.
Sin previa invitación.
Sin fundamento.
Sin explicación.
Trayendo la división.
¿Son tan fuertes nuestros egos,
o es mera ilusión?
¿Me recojo en mí mismo
o huyo de la situación?
No sé qué responderme,
me duele el corazón.
Es tan fuerte su presencia,
es tan dura la aparición,
que solo quiero esconderme,
metido en el caparazón.
Allí, lleno de oscuridades,
podré ver la luz del sol,
llenarme de amaneceres,
darle otra oportunidad al Amor.
Y descubrir que, aun siendo tortuga,
puedo seguir avanzando,
sabiendo que todo es fruto
de la luz del Señor.




sábado, 10 de agosto de 2024

El juego

Estoy metido
en el juego del desconcierto.
Hay múltiples casillas
de colores diversos. 
Todo está fabricado
para tenerte inquieto.
Y sigo entretenido
perdiendo mi sagrado tiempo.
Es un juego tan sugerente
que muchos lo toman en serio,
sin comprender que la realidad
está lejos de ser este invento.
Estoy jugando,
al menos me doy cuenta de ello,
por eso lo mejor es no forzar,
vivir la vida con desapego.
Si te dejas atrapar,
el juego se convertirá en tu dueño,
y cuando quieras escapar,
te habrás convertido en un ignorante perpetuo.
Yo intento recordar
las reglas básicas mientras juego,
amar, amar, y solo amar,
que se me abran las puertas del cielo.
Así podré regresar
al hogar al que pertenezco.
La confusión quedará atrás,
seré juego, jugador, y ficha si lo deseo,
pudiendo elegir libremente
mi posición en el tablero.