jueves, 12 de septiembre de 2019

Me acostumbré

Me acostumbré
a pisar las huellas de tus pasos
con el molde de mis pies desenfocados
sin ir a ningún lado.

Me acostumbré
a caminar despacio,
lento y sosegado,
para disfrutar del tiempo y el espacio,
a tu lado.

Me acostumbré
a llevar maletas de recuerdo
en los viajes de olvido que hago contigo,
para que en las mañanas de tus noches 
me tengas siempre presente.

Me acostumbré
a pasear por el alambre de la incertidumbre
con la barra de equilibrios de tus pecados,
para que el precipicio de la vida no me arrastrara.

Me acostumbré
a ver amaneceres en tus ojos,
cuando la luz del alba de los míos está de rebajas,
y así poder observar juntos lo increíble.

Me acostumbré
a seguir la sombra de tus sonrisas
para fabricar la alegría de tu rostro
en cada uno de mis gestos acompañados.

Me acostumbré
a visitarte de madrugada,
a oscuras y en secreto,
para descubrir que tus encantos
siempre traen luz a mi cuerpo apagado.

Me acostumbré
a tantas cosas contigo
que si no me desacostumbro
jamás seré yo mismo.

3 comentarios: