sábado, 13 de febrero de 2016

Relaciones



  Nuestras vidas, en sí mismas distintas pero iguales, tienen un denominador común, y es que vienen determinadas por la calidad de las relaciones que establecemos, primero y fundamentalmente con nosotros mismos y después con el resto de acompañantes de camino que nos dan la grandiosa oportunidad de reconocernos unos a otros en el mutuo ejercicio del compartir. Si reflexionáis un poco no tardareis en daros cuenta de lo inmensamente manipuladas que están nuestras relaciones. Pero, ¿manipuladas por qué? ¿Por quien? ¿de qué modo? Evidentemente por nosotros mismos, a nuestro modo y manera. La mayoría de las ocasiones sin darnos cuenta de esa manipulación por la sencilla razón de que existe de antemano.  Antes de que exista la relación ya existe la manipulación, y tú, y yo, y nosotros, aplicados borregos donde los haya, corremos con premura a cumplir los cánones que la consciencia social determina ¿o sería mejor llamarla inconsciencia? Así, casi sin darnos cuenta, la mayoría de las relaciones están imbuidas de un determinismo que las enfoca a un resultado socialmente aceptable antes de que ni siquiera hayan empezado realmente. La mente se agarra a la forma y convierte la costumbre en ley de cumplimiento obligado. Y esto, altamente presente en el acerbo cultural que nos invade, condiciona, manipula, controla y esclaviza nuestro sentir. La libertad desaparece en manos de lo socialmente correcto, y tú, poseído enteramente por el miedo a vivir lo real, haces oídos sordos a ese sentir que hace vibrar cada célula de tu cuerpo ante el reencuentro con esa energía reconocida, esa energía que eres tú mismo, y te olvidas de ti. Te metes en el juego de las justificaciones mentales que dan peso a las formas establecidas y los modos de comportamiento, y aun habiéndolo sentido, aun habiendo reconocido esa vibración amorosa que explota en tu interior y te hace uno con esa persona, con esas personas, te das media vuelta, agachas la cabeza y vuelves a tu jaula de barrotes dorados a seguir siendo esclavo. Te han dicho una y otra vez que es lo que tienes que cumplir en esta vida y tú, inconsciente de ti, te lo has creído y no haces mas que reproducirlo. Encontrar una persona a la que amar, ser padre/madre, tener un buen trabajo, una buena casa...etc El libro de instrucciones de la vida lo han escrito por ti y te has empeñado en seguirlo al pie de la letra cuando nada más empezar descubres que es falso, que no hay instrucciones para vivir y que las páginas más maravillosas son las que nadie puede ni podrá nunca escribir por ti. Escúchate, siente, vive. Atrévete a hacerte caso aunque eso parezca ir contracorriente, porque la realidad será que él único que seguirá la auténtica corriente de lo que Es serás tú.

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