lunes, 28 de diciembre de 2015

Dioses

¿Sois realmente conscientes de que somos dioses? ¿Y qué es Dios? ¿Acaso Dios no es todo lo que existe? Las escrituras siempre han dicho que Dios está en todas partes, por lo tanto no hay nada que no sea Dios. Tú eres Dios. Yo soy Dios. Todos somos Dios. Y cuando se habla del Todo se quiere decir que no se excluye absolutamente nada ni nadie. También debemos incluir los ámbitos de nuestra naturaleza que pudieran considerarse oscuros, ya que forman parte, como tú y como yo, de ese Todo al que nos estamos refiriendo. Los criminales son Dios. Los asesinos son Dios. Los dictadores, los sicópatas, son Dios. Abrázate, abrázame, abrázalos, mírate al espejo, y verás a Dios.
 
  El creador, el padre (como solemos llamarle), existía en la no existencia de lo ilimitado como un pensamiento eterno sin manifestación, hasta que decidió volcarse sobre sí mismo para experimentarse y expandirse con el gozo de esta acción experiencial. A partir de ello, surgió la luz manifestada en seres que fueron recreándose en ese gozo. Éramos gotas de luz en la inmensidad. Perlas de felicidad incausada vibrando en el vacío. La propia contemplación, la propia evolución de Dios en sí, continuaba y continuaba en una expansión ilimitada, sin fin ni principio, esencia creadora. Múltiples ámbitos vibratorios, a los que llamamos dimensiones, fueron surgiendo de la propia reverberación de la luz. Los universos, las galaxias, las estrellas, los planetas... la belleza de la creación densificada da pie a la materia. Y en un minúsculo planeta azul, de una minúscula galaxia, de uno de tantos universos, surgió la humanidad. Así, nosotros mismos como dioses, como gotas eternas de luz magnificada, nos creamos la oportunidad de experimentar directamente nuestra propia creación. En un planeta, al que llamamos Tierra, y llenamos de vida para desde el disfrute de la experiencia vital redescubrirnos, para desde nuestra condición material de hombres llegar al conocimiento pleno y manifestarnos como dioses-hombres. Para ser cristos vivientes que no conocen la muerte, porque todo lo que existe es vida. Para expandirnos en el Amor que en esencia somos y compartiéndonos experienciar nuestra multidimensionalidad fundiéndonos conscientemente con el Padre, del que nunca jamás nos hemos separado, pues somos él mismo.
 
  Trascendamos pues las limitaciones de la forma para, desde el gozo de vivir, situarnos constantemente en el Amor de un presente continuo, y así, siendo los dioses que somos, expresar nuestra creatividad llenándonos de vida, para poder sentir nuestra casa, nuestro hogar, en cada rincón de lo creado.

jueves, 12 de noviembre de 2015

La sombra

La sombra me invade
y yo me retuerzo,
perdido en apagones,
inconsciente de mi sueño.

La sombra me invade,
me deja sin aliento,
derrotado en la batalla
sin estar despierto.

Y caigo al pozo,
oscuro y negro.
Un pozo sin fondo
que me deja seco.

Sediento muero
y vivo al mismo tiempo.
No sé donde estoy,
ni puedo saberlo.

La sombra me invade
conquistando aspavientos.
Me deja vencido,
rendido, desecho.

Se acabaron mis luchas,
por fuera y por dentro,
o abrazo mis sombras,
o lo dejo.

La sombra me invade
y yo me entrego,
a la muerte, a la vida,
al infinito entero.

La sombra me invade
rindiéndome por completo,
viviendo el Ahora,
aunque sea negro.

sábado, 31 de octubre de 2015

Individuo Unidad

  El mundo está lleno de individuos que, en sí mismos, son Unidad. Lo que ocurre es que algunos de esos individuos están tan atrapados en dicha unidad individual, representada por el sujeto y el yo, que su estado de consciencia actual les incapacita para percibir que aquello a lo que están tan aferrados es algo tan sutilmente obsoleto que no existe más que formando parte de una Unidad aún mayor. Y así, sucesivamente, desde un escalafón vibracional hacia otro, a los que llamamos dimensiones, hasta llegar a lo absoluto, donde creador y creación son lo mismo, donde todo es uno literalmente, en su percepción y en su manifestación.
 
  Sin embargo, como la vida es tan mágicamente maravillosa, no hace otra cosa que darnos una y otra vez la oportunidad de reconocernos en esa Unidad de lo que es, trascendiendo al individuo. Y os preguntaréis: "¿Y todo eso cómo se hace?" Pues la respuesta, de sencilla que es, se nos escapa continuamente entre los dedos. La respuesta es: jugando. Sí, jugando el juego de la vida para reconocerlo como el juego que verdaderamente es, que como todo juego sólo tiene un objetivo: disfrutar. Claro está, ¿de qué disfrute estamos hablando? Por supuesto, no me refiero al disfrute banal que únicamente busca la satisfacción de los sentidos, sino a ese disfrute que no está tan relacionado con el acto como con la presencia. Es decir, un estado interno de paz, aceptación y plenitud que te permite saborear cada momento vivido desde su esencia, sin condiciones, sin etiquetas, sin juicios, sin manipulaciones. Desde el instante en que decidas vivir ese disfrute, que es el sentido primigenio de esta vida, disfrutar de la existencia, desde el mismísimo instante en que tengas esa pretensión, estarás empezando a manifestarla. Todo ello, como muchas veces os he indicado, hará de manera natural, como resultado de esa intención, que en vuestra vida vayan desapareciendo los límites, los determinismos, las contundencias, para ser sustituidos por suavidad, silencio, ternura, fluidez, Amor. Dejará de importar tanto el qué y el cuándo, para centrarse todo en lo que representa la vivencia del ahora, del presente, el cómo.
 
  Además desde el mismo momento en que nos dedicamos a jugar descubrimos que la vida nos responde, e interactuando con nosotros nos llena de espejos que multiplican la visión de lo que somos y lo que estamos experimentando. Una vez más, os repito, con un único y fundamental objetivo: Reconocernos jugando. Al hacerlo, al ser conscientes del juego y de que formamos parte de él, nos convertimos en jugadores activos, y todo, absolutamente todo nos habla, nos dice y nos cuenta sobre lo que somos, sobre lo que Es.
 
  Y ya que estamos aquí podemos ponernos a jugar con las palabras del título a ver que nos dicen. Por ejemplo, "Individuo" viene de "Individualidad", si cogemos esta palabra y la separamos In/divi/dualidad, podemos sacar un "mensaje oculto" que nos está comunicando que estamos En (In) la división (divi) y la dualidad, Es decir, que mientras nos creamos individuos estaremos, en el fondo, vibrando en una consciencia de separación, que no es real, y que sólo existe en el ámbito de nuestra creencia y nuestra gradación vibracional. En lo que se refiere a la otra palabra, "Unidad", viene efectivamente de Uno y nos indica claramente el final del camino, la total identificación con el Todo. Si queréis podemos incluso seguir jugando y nos encontramos que ambas palabras terminan en "dad", lo cual puede ser perfectamente una pauta para el camino: Dar. Pero este "Dar", como ocurría anteriormente cuando abordamos el disfrute, ha de estar exento de cualquier amarre o carga alguna, ha de ser incondicional, porque sino no estaremos dando, y, casi sin darnos cuenta, estaremos cayendo en las redes del apego, la exigencia y el control, y esto no tiene nada que ver con la pauta que nos indicaba el camino. Por lo tanto, y para terminar, os invito a jugar, jugar y jugar, dejaos de una vez por todas de tomaros la vida tan en serio, y construiremos entre todos una nueva humanidad, con las firmes columnas de la humildad, la aceptación y la generosidad, como sostenes del templo de Amor, que somos y siempre seremos. 

domingo, 25 de octubre de 2015

Todo tiene arreglo

   ¿Os habéis dado cuenta de que ya desde el momento de nacer lo hacemos corriendo? Incluso antes del nacimiento el esperma seleccionado ha de emprender una tremenda experiencia hasta llegar al óvulo de su destino que espera ser fecundado. Dejando atrás supuestos rivales, él, el único, el elegido, es el que llega a la meta final que da vida a una decisión consciente de encarnación en esta nuestra Tierra. Pero, no nos confundamos, esto puede ser una carrera, sí, esto puede tener una meta, sí, pero, en estos términos, en esta evolución natural marcada por el ritmo armonioso de la creación, no hay competición que valga, no existe, no existe el tú y el yo, tan sólo existe el Todo en una revolución vital manifestadora de lo que Es. Sin embargo, nosotros, vestidos con el traje de la inconsciencia, todo lo pintamos de prisa. Hasta en este sublime y divinal momento, que es el nacimiento, ya nos tatúan con el tatuaje invisible del imparable reloj marcador de tiempos inexistentes mas que en el juego despavorido al que nuestra mente nos arrastra. Antes de que un alma decida venir a este mundo ya las parejas en disposición se ven programadas por el argumento asfixiante de la prisa implacablemente aterradora. El invento de la edad determina, de manera rotundamente explícita, el cómo, el qué, y el cuándo, deben venir nuestros hijos al mundo. Claro está, todo esto se mantiene vivo porque la masa cree en estos parámetros a pies juntillas, entonces las mentiras se hacen verdad y las verdades desaparecen. Y así, voluntariamente absorbidos por el circo de la procreación, danzamos perdidamente ajenos al ritmo que late en lo profundo de nuestro ser y que es el ritmo de la vida entera. Nos convertimos, sin saberlo, en máquinas maniatadas que si no cumplen los cánones de la programación establecida es que están estropeadas y deben arreglarse. ¿De verdad creéis que en la creación existe algo que deba arreglarse? ¿Sois realmente tan ilusos que pensáis que existe algo mal hecho en donde nunca existe ni existirá el concepto equivocación? La humanidad, desde su perspectiva de ser el centro del mundo, no ve más allá de sus narices, y enredada en el hacer ,busca y rebusca en una obsesión baldía por arreglar todo aquello que no coincide con su limitadísima visión de las cosas. Nos creemos que somos los dueños de todo y no somos nada. Nos apropiamos del planeta, del universo, como si de un jardín particular se tratará, menospreciándolo, apartándolo, inmersos en el desconocimiento. Y ponemos reglas a todo, buscamos los por ques de todo, enredando y enredando una madeja que nos mantiene entretenidos en nuestra ignorancia.
 
Queridos compañeros de viaje, nuestro destino no es otro que reconocernos, que recordarnos, y la obra de teatro que nos abarca no es más que un decorado cambiante e impermanente. Descubriremos que somos mucho más que el decorado, descubriremos nuestra eternidad, al Uno que nos refleja, al Dios que somos, y entonces, de una vez y para siempre, todos nuestros actos serán divinos.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Enfermos de Enfado

  La plaga más extendida es aquella que a tu cabeza motiva, que inunda tu mente de diatribas que no tienen salida, que busca los porqués de preguntas sin vida, montando un circo lleno de ceremonias, donde el espectáculo no termina. Te retuerces y quejas por lo que tu querer querría, para descubrir más tarde que el enfado es tu guía. Pretendes limitar la existencia, que se meta en tus vías, vías de creencias arraigadas por la fuerza, la fuerza de la costumbre que el tiempo vuelve intensa. Luchas y defiendes argumentos con vehemencia, estás enfermo, y no te das cuenta. Te olvidas de la magia que hace a la vida completa. ¿Dónde vas con tapujos, con límites y con exigencias? Es hora de enfadarse, y lo demás no cuenta. Pero, ¿Cómo mantener esta amalgama de sentencias? ¿Cómo escapar de un Ego que te amarra con sus vueltas? El enfado has de trascender, con decisión y firmeza. La coherencia y el saber serán las llaves de tu puerta. No te las dejes olvidadas, recuerda. "En Fa darse", la misma palabra te lo muestra. Sube tu vibración hacia la cuarta de la Tierra, y date sin condición, entrégate a tu excelencia. Descubrirás que en el Amor no existe enfermedad que no sea perfecta. 

sábado, 19 de septiembre de 2015

Voluntariamente Esclavo

  Curiosamente uno de los términos que utiliza la RAE para definir la palabra "esclavo" es el siguiente:
"Trabajar mucho y estar siempre aplicado a cuidar de su casa y hacienda, o a cumplir con las obligaciones de su empleo".
¿Os suena? ¿Sois esclavos? ¿Cuántos seres humanos son esclavos en este siglo XXI en el que nos movemos?
Si nos remitimos a la antigüedad hay dos grandes referentes para todos en lo que se refiere al reconocimiento de la existencia de la esclavitud en una situación dada. El primero de ellos sería el Éxodo, en el Antiguo Testamento, cuando Moisés guio al pueblo de Israel a las puertas de su ansiada libertad. El segundo gran referente, es el relativo a la esclavitud de la raza negra en el sur de Estados Unidos, que fue uno de los supuestos desencadenantes de la guerra de Secesión. En estos dos puntos históricos hay un claro determinante que los diferencia, dejando aparte las variadas circunstancias exteriores de cada uno, de la esclavitud en la que nos vemos inmersos en el mundo de nuestros días, y ese determinante es el siguiente: "La consciencia de ser esclavo". Los colectivos históricos mencionados, amén de muchos más ocurridos a lo largo y ancho de nuestra existencia terrena, tenían una vivencia clara de su situación de sometimiento y eso les daba una gran ocasión para trascenderla, como de hecho ocurrió en cada caso con el pasar del tiempo. Ese reconocimiento les dio la luz que necesitaban para iluminar su camino en pos de una igualdad que era la que realmente demandaban sus corazones.
 
  En cambio, aquí y ahora, eso no se da. Aún la mayoría de la humanidad no tiene consciencia en absoluto de que no vive, sobrevive. De que es esclava voluntaria de sí misma, cegada por una monotonía arrolladoramente dispersa que llena las mentes de datos y contenidos disuasorios que alimentan una y otra vez, cual bola de nieve que cae por la ladera, ese desconocimiento, esa ignorancia, de lo que verdaderamente Es. ¿Te has preguntado alguna vez a ti mismo si al menos eres un "esclavo consciente"? Porque si así fuera, sería la señal de que estás en la oportunidad, como ya hicieron nuestros ancestros, de liberarte. Esta vez estarías en puertas de dejar atrás la mayor esclavitud que se ha vivido nunca, una esclavitud invisible, sutil, manipuladora, que se apodera de tu alma y la envuelve en el paquete dorado de lo superfluo, para hacerte creer que te está dando vida, cuando en realidad te está matando. Aprovechad vuestra oportunidad y sed pacientes con vosotros, porque, por mucho que nos empeñemos en no verlo, la Vida se expresa sin cesar a través de todo lo que existe, y siempre habrá infinitas opciones para que os sintáis vivos, en el momento adecuado.
  Para aquellos que, de algún modo, os reconozcáis muertos en vida, sabed que la muerte forma parte de la vida y que como tal, como hizo el Maestro Jesús, estáis capacitados para renacer de vuestras cenizas y empezar a Vivir. Resucitad hermanos a un mundo nuevo. El mundo de la consciencia plena, de la libertad y del Amor. Vosotros tenéis la llave de la puerta mágica de vuestro corazón que os llevará en volandas allá donde decidáis ir. De este modo, si decidid vivir, descubriréis que no habrá cadenas que os puedan atar nunca y que la esclavitud no existe, mas que dentro de uno mismo.


miércoles, 2 de septiembre de 2015

En brazos del Ego

  Existe un pequeño yo que está junto a nosotros en el comienzo de nuestro tiempo. Ese pequeño yo, ahora demonizado, ahora convertido en el blanco perfecto de nuestra diana de culpabilidades, es, como no puede ser de otro modo, una parte nuestra, que, al igual que las demás, debemos amar. En sí mismo, y aunque muchos no lo crean así, es una expresión más de lo que somos, es una parte donde también está presente la totalidad de tu ser. Este pequeño yo es como la llave maestra necesaria para encajar las piezas de lo que llamamos personalidad. Es un instrumento divino creado para que podamos experimentar la individualidad que nos es propicia en esta dimensión de la materia en la que hemos elegido manifestarnos. La importancia de ese aporte egoico-individualista que nos regala el hecho de creernos únicos y diferentes separándonos de los demás, es tal que ni siquiera somos capaces de vislumbrarla.
 
  Imaginaos que sois una esfera que no sabe que es una esfera. Sin embargo os halláis inmersos en la experiencia de creeros un punto de la misma, de tal modo que pensáis que no existe otro punto igual a vosotros, pero la esfera, es decir, lo que sois en realidad, está formada por infinitos puntos que, al igual que vosotros, se creen únicos, diferentes y separados de los demás, cuando eso es algo virtualmente imposible. Esta primera fase de consciencia de unicidad-separación es la que pasamos todos cuando nuestro pequeño yo hace su amoroso trabajo y nos acompaña hasta casi invadirnos por completo. Posteriormente, a medida que nuestra evolución consciencial nos capacita para ello, nos vamos haciendo conscientes de la Unidad que somos, la esfera, y de que no existe nada que esté separado de nosotros.
 
  Lo que ocurre es que aún una amplia mayoría de la humanidad se encuentra inmersa en esa primera fase y, por tanto, aunque el pequeño yo ya hizo su labor forjando nuestra personalidad para que vivenciaramos una individualidad que no existe, el ser humano se escondió. Se resistió a reconocerse a sí mismo y usando el Ego de parapeto se convirtió en personaje (invadido de personalidad) perdiendo así la autenticidad de estar vivo. Aun así, la llama de la vida está presente en todos y cada uno debajo de esa armadura dorada llamada apariencia, y, por mucho que nos empeñemos en lo contrario, por muy grueso que sea el armazón de nuestros miedos, un día se retirará. Y nuestro pequeño yo, nuestro ego, sintiéndose amado y reconocido por la inmensidad del Ser al que pertenece, desaparecerá, pues habremos dejado de ser punto, para ser esfera.

sábado, 25 de julio de 2015

Tiempo



Un tiempo que es expresión de la degeneración de lo físico, manteniéndote atado a los latidos del olvido que marcan el ritmo de tu memoria perdida.
 
Un tiempo que te utiliza como medida de una vida imposible, donde la prisa es la dueña de tus momentos.
 
Un tiempo de reloj artificial, que con el tic-tac de la inconsciencia te aleja a cada minuto de tu verdadera naturaleza.
 
Un tiempo de compromisos y artificios, que llenan tu agenda de datos manteniéndote vacío.
 
Un tiempo que devora tu hambre de descubrimiento, inundando de  ceguera unos ojos que jamás se dan la oportunidad de ver lo que nunca han visto.
 
Un tiempo que te dice lo que eres, sin saber nada de ti, para arrastrarte a la creencia de una esclavitud plenamente aceptada.
 
Un tiempo que vive en tus silencios, en tus murmullos y en tus palabras, incapaz de acompañarse a sí mismo para que sientas la soledad como una desgracia que no tiene disfrute.
 
Un tiempo que apaga tus momentos más luminosos, llevándote a la noche de lo controlado, donde la masa se desenvuelve.
 
Un tiempo sin tiempo, lleno de tiempos muertos donde la presencia de lo invisible es continuamente ignorada.
 
Un tiempo guerrero, que te pide lucha constante llenándote de conflictos imaginarios que pueblan tus pensamientos para que no seas consciente de tu camino.
 
Un tiempo de sueños, de ilusiones, de rezos y maldiciones.
 
Un tiempo... que no existe.

lunes, 29 de junio de 2015

Muriendo en vida

  El pasado jueves, en el encuentro del grupo de sanación, se hizo una vez más presente la importancia del desapego ("hacer desaparecer el ego"). Finalmente todo consiste en soltar y te das cuenta que son precisamente las ataduras, los agarres, los que nublan tu discernimiento haciéndote creer que el camino está lleno de piedras con las que tropezar. Y así te paseas por la vida sin disfrutar de tu paseo. Entretenido en millones de entelequias tecnológicas, culturales, morales, sexuales, sociales... y sigues tropezando. Tropiezas porque no ves por donde andas, porque ni siquiera sabes que andas. Obstinado en no escucharte pretendes ser escuchado, cuando el oído de tu alma está sordo de ruidos ostentosos que la colonizan. Abandonado en el desparrame no puedes pararte y continuas tropezando, justificando la zancadilla que te lleva directo al suelo de tu inconsciencia. Perdido en argumentos con afán de protagonismo, pierdes la vida y vives muriendo, a cada paso. Te has olvidado de vivir y has muerto sin saberlo, pero la vida, eternamente presente, sigue viva en ti a pesar de tu ignorancia. Expresándose, experimentándose, entre luces y sombras, claroscuros, enigmas, señales, coincidencias, causas y efectos, recorriéndose asimisma en un círculo infinito de realidades concatenadas. Por mucho que te empeñes, por mucho que te opongas, por mucho que te resistas, por mucho que luches, por mucho que sufras, al final, al final de todo, lo sepas o no, vives. ¿No crees que llegó el momento de dejar de oponerse? ¿Has pensado alguna vez en ello? ¿Has reflexionado cual es tu actitud ante la vida? ¿Cuál es el eje de todas o la mayoría de tus acciones? Obsérvate y descubrirás si estás realmente vivo o por el contrario estás muerto en vida. Cuando al observarte veas que estás alienado, que la monotonía es la dueña de tus instantes, que la obligación está por encima de la pasión, que la sonrisa está difuminada en tu rostro, entonces, querido amigo, estás muriendo, dejando de estar vivo, de vivir. Pero, no te preocupes, aún estás aquí, aún es tu momento. ¿Estás dispuesto? Pues adelante.
 
  Empieza por sonreír. Es tan sencillo. Es tan sublime. Que tu sonrisa sea la carta de presentación de ti mismo a partir de ahora, señal inequívoca de que has decidido vivir una nueva vida. Con esta decisión ya abres la puerta de la reconciliación y el reconocimiento de lo olvidado. Las parcelas de tu Ser anteriormente abandonadas por la falta de consciencia empezaran a resurgir regadas por el amor que sale ahora de tu iniciativa. Será todo tan mágico que te sentirás mago y verás en los demás como la magia se expande. Eso sí, ten paciencia contigo, no hay nada que forzar, no hay nada que alcanzar, no hay nada que lograr, simplemente vive. Sigue tu ritmo y encontrarás tu música. Y cuando la nota de tu corazón sea una con la sinfonía de la consciencia, el viento de la verdad sacudirá tus velas, desde ese momento y para siempre, serás libre.
 
 

martes, 23 de junio de 2015

Dejar que la vida sea

  Si el ser humano supiera integrarse con armonía en la sencillez de lo creado descubriría que el Todo no entiende de complicaciones. Empezaría a vivenciar la inutilidad de las disquisiciones y entonces, el silencio, ese fiel amigo que siempre ha estado ahí, ignorado, incomprendido, apartado, saldría al encuentro. Tú, con los brazos abiertos, lo recibirás sin extrañezas, y se fundirá contigo. Desde ese preciso instante seréis Uno, tu ser interno se manifestará protagonista y la mente, hasta ahora a los mandos de tu vida, pasará a estar a tu servicio. Seguirá creando, analizando, interpretando, organizando, pues estas son sus múltiples cualidades, pero lo hará silenciosa, sin juicio, jugando, desde el gozo y el disfrute que le confieren el ser portadora de unos pensamientos que, ahora sí, tienen su origen en la luminosa vacuidad del vacío de la existencia.
 
De inmediato, al convertirte cada vez más en lo creado, de manera natural, todo Es. La fluidez y el desapego se convierten en compañeros de viaje de unas experiencias que no hacen mas que regocijarte. Allá donde miras te ves. ¡Qué belleza el poder ver tu verdadero Ser en los ojos que te observan! Y descubres que todo te sigue, te acompaña, sin intervención, sin exigencia, con Amor. La creación quiere expandirse contigo y a través de ti, y lo hace, surge el Compartir, sin deseo, sin miedo, sin anhelo, sin expectativa, sin tiempo... con sabiduría, con templanza, con coherencia, con ternura, con humildad. Te pierdes y te encuentras en el juego sublime de una vida renovadora que expresa tu divinidad, y dejándote llevar, dejas que todo sea.

viernes, 5 de junio de 2015

Un niño llamado Miedo


  Un día en que la luz se apagó y la oscuridad se volvió absoluta, vino al mundo un niño llamado Miedo. Su madre, llamada Incosciencia, llevaba tiempo esperando que llegara el añorado momento y no cabía en sí de gozo al imaginar que su hijo sería bien recibido en todos los hogares del mundo. Por otro lado, el padre, llamado Control, tenía absolutamente todo planificado en lo que a la vida del recién llegado se refería, había estudiado detenidamente el camino a seguir para que su hijo fuera lo que estaba destinado a ser, un triunfador. Alguien que estaría presente en cada acto, en cada acontecimiento, en cada reacción de una humanidad que perdida en sus disquisiciones no tendría ni la más remota idea de que Miedo sería su más fiel compañero.
 
  En el hogar de Miedo había una serie de peculiaridades que lo hacían especial. Para empezar, no había espejos en toda la casa. La razón de esta ausencia se debió a que el niño, ya desde muy pequeño, manifestó una aversión brutal, a la vez que violenta, a cualquier tipo de reflejo. Al principio, el niño, ante cualquier tipo de insinuación con respecto a verse a sí mismo, ya fuera por algún reflejo perdido dentro de cualquier cristal o por cualquier luz repentina, por muy tenue que fuera, que pudiera aparecer, salía corriendo despavorido. Después, con el tiempo, esa agresividad contenida escapó, lo que ocasionó que en vez de huir destruyera con vehemencia todo aquello que pudiera llamarse reflejo, aunque fuera pálido y difuminado. Otra particularidad era la penumbra que se hacía presente allá por donde él andaba. Al haber nacido en la más completa de las oscuridades ésta se le hizo tan familiar que le acompañaba a todas partes, contagiando, a su vez, a todos aquellos que tenían trato con él.
 
  La ambición de Miedo era tan grande que, fomentada por su padre Control y apoyada por su madre Inconsciencia, le llenaba por completo. Cierto día, cuando ya se había convertido en un joven poderoso, decidió que su casa a partir de entonces sería el mundo y su destino el corazón humano. No podía haber mayor gloria para él que llevar la oscuridad, la penumbra, a aquel lugar que según decían era el de mayor luz que se había visto jamás. Para ello, el señor Miedo se rodeó de grandes escuderos: la duda, el rencor, el orgullo, el desánimo, la mentira... y emprendió su cruzada. Su fuerza y poder eran tan grandes que la humanidad quedó esclavizada. Sin embargo, por más que lo intentó, nunca pudo apagar esa luz tan hermosa que reside en el corazón y que, con las armas del amor, no deja de extenderse iluminando oscuridades.

lunes, 1 de junio de 2015

La libertad de vivir consciente

El pasado 15 de Mayo compartí una charla en Pilas, en el Centro de Bienestar Integral Kalyana. Un año más, por gentileza de mi querida amiga Inés, se nos ofreció esta oportunidad de la que todos los presentes sin lugar a dudas disfrutamos. Ahora, y gracias a la tremenda labor de difusión consciencial de los compañeros de la Asociación Hinneni, os adjunto el video de la misma.

martes, 28 de abril de 2015

Tertulias de Hinneni: Medios de comunicación y consciencia

  En una nueva entrega de las Tertulias de Hinneni, espacio consciencial de expresión realizado por mis queridos amigos de la asociación del mismo nombre, Rafael Mª Bascón, director y presentador del programa de radio "Las cuatro estaciones", y yo mismo, compartimos sobre la labor de los medios de comunicación en la difusión de la consciencia y el autoconocimiento del ser humano.
 
 
 

domingo, 26 de abril de 2015

Radiópolis, la radio de todos

 

  Existe en nuestra ciudad, en Sevilla, una radio que es  expresión de libertad y cuyos micrófonos están abiertos a toda la multitud de tendencias, ideologías, inquietudes, inclinaciones, actividades y acciones del ser humano. Esta emisora es Radiópolis. Desde el 88.0 de la Fm, cada día, derrama sobre las ondas el sentir ciudadano sin artificios ni limitaciones de ningún tipo. Al natural, tal como vienen, sin cortapisas ni distinciones, la ciudadanía tiene su lugar, su sitio, el que le corresponde como colectivo motor del desarrollo armonioso de nuestra vida en sociedad. Asimismo, sirve también de hermanamiento entre distintas culturas que conviven desde sus diversas expresiones vivenciales en el marco físico que sirve de sustento a la humanidad.

 
  Esta, nuestra radio, emite desde hace 9 años ya, utilizando las "precarias instalaciones" existentes (ya que la financiación proviene básicamente de las aportaciones de las mismas personas que llenan la parrilla con sus programas) en un marco incomparable como es la vieja torre de Renfe, situada junto al río, en la calle Torneo. Desde aquí, también se da oportunidad a diferentes actuaciones y espectáculos (poesía, cine, música, teatro...) en lo que se da en llamar "La torre encendida". El ayuntamiento actual, faltando al compromiso que acordó la anterior corporación e incluso nuestro alcalde cuando acudió a los micrófonos de Radiópolis en tiempos de campaña de las últimas elecciones municipales, pretende echar a la emisora de la torre sin ofrecerle otra alternativa. Debido a esto, se organizó el pasado sábado 11 de Abril "La maratón de Radiópolis" bajo el lema "Radiópolis se queda". Fue un acto de unión, solidario, compartido y expresado durante doce horas ininterrumpidas de radio en las que se tuvo constancia de los múltiples apoyos y el buen hacer de todos los presentes. Tuve el placer de participar a través del programa de difusión consciencial "Las cuatro estaciones", presentado y dirigido por mi querido amigo Rafael Mª Bascón. Os dejo el enlace del mismo, durante el cual diversos colaboradores fuimos expresando nuestra experiencia de comunicación con este medio que es la radio en la media hora con que todos y cada uno de los programas contó, expresando así, una vez más, de manera totalmente igualitaria, el sentir común.
 




http://www.ivoox.com/maratonradiopolis-bloque-6-audios-mp3_rf_4363547_1.html

martes, 14 de abril de 2015

Dedicado a Eduardo


  En el día de ayer efectuó su partida el alma del amigo Galeano para seguir dando lecciones de escritura desde las dimensiones más sutiles de la existencia. Se fue un genio de las letras, una pluma comprometida con las experiencias y el vivir de su tiempo que supo poner las cosas en el sitio que les correspondía a cada momento. Con fino e inteligente humor daba la vuelta a la realidad evidente para mostrar las verdades ocultas entre tantas cortinas de apariencias y engaños. Muy admirado en su país, Uruguay, así como en todos aquellos que tienen el idioma español como base de su expresión, supo ironizar con la vida para sacar punta a los lápices de una realidad gastados por la falta de uso inteligente. Nombró y fue nombrado, desde la cercanía que marca la humilde distancia de un abrazo, y, como todo corazón inquieto y buscador, también tuvo sus desencuentros con gobiernos, instituciones e ideologías de muy diversa índole. Pero, finalmente, me quedo con su palabra, que, ya fuera hablada o escrita, transmitía sabiduría en lo profundo de sí misma, siempre adornada, siempre disfrazada, con geniales gotas de humor.