miércoles, 6 de junio de 2018

El traje perfecto

Estaba en su mejor perchero.
Siempre lo llevaba puesto,
pegado al cuerpo.
Ajustado como un guante,
desde los pies al cuello.
Bien protegido, cubierto,
sin espacio al desacuerdo.
Su textura era de fina gama,
llena de reconocimientos,
allá por donde iba
era el traje perfecto.
Un diseño magnífico
para todo tipo de tiempos,
la equivocación no existía,
el error...un cuento.
Entre vítores y alabanzas
se sentía el rey del momento,
pero cuando quiso llegar a casa
y colgar el traje de nuevo,
no había nada debajo,
estaba muerto.




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