En el frente de batalla
todo es espalda.
Todo el mundo dispara
con balas en la recámara.
Son balas de mentiras
que matan en la distancia.
Llenas de un miedo absurdo
que a la humanidad acompaña.
Todos gritan muy alto
pero no pueden oír nada.
Están sordos, están ciegos,
y a las multitudes arrastran,
enarbolando banderas
disfrazadas de nostalgia.
Enfermos de violencia
a la guerra llaman su casa,
y caminan como zombies
en una tierra extraña.
No ven, no oyen. no avanzan,
simplemente están perdidos,
dominados por la ignorancia.
Un día regresarán al Amor,
al corazón que es su morada,
y cuando ese día llegue,
se acabarán las batallas.
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