Me quedo mudo
para descubrir el secreto
de las palabras que no hablan.
Aquellas que son libres
de conceptos y significados,
que sin querer te atrapan.
Apenas se pronuncian
ya te hacen sabio,
sin decir nada.
¡Qué belleza
es viajar alejado
del vagón de la ignorancia!
Y tan solo necesito
ser un buen amigo
de la palabra ignorada.
Ella lo nombra todo,
no llama la atención,
no desequilibra la balanza.
¿Tan difícil es
permanecer callado
y escuchar su llamada?
Aprende, amigo mío,
a guardar silencio,
en tu humilde morada.
Allí te visitarán las palabras,
aquellas que no se pronuncian,
aquellas que no se hablan,
y podrás decirlo todo
con la boca cerrada.
Gracias por una invitación tan amena al silencio y vacío, que es plenitud.
ResponderEliminarPreciosa descripción del SILENCIAMIENTO!
ResponderEliminarMagnífica amigo Juan!!!
ResponderEliminarGracias Juan. Pues si, tan difícil es?
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