jueves, 19 de abril de 2018

El pájaro de la ventana

Un pájaro en la ventana
anidaba en sí mismo,
su reflejo miraba.

Quería volar,
sabía que tenía alas,
pero de tanto esperar
se habían vuelto extrañas.

Escapó a la flor del miedo,
su fragancia lo asustaba.
Marchó a un jardín nuevo
donde las flores cantaban.

Allí empezó a oír
la belleza en su tonada,
sus alas al batir
música creaban.

El sonido atrajo a otros
que en el jardín se preguntaban
¿Quién es este pájaro extraño?
que tras la ventana estaba.

Era un pájaro sin nombre,
a todos los nombres nombraba,
había aprendido a volar
más allá de su ventana.

Y aunque a veces a ella volvía,
y el cristal de su reflejo limpiaba,
lo único que hacía era verse
allí donde todos estaban.

Así animaba a los otros
a abandonar su ventana,
encontrando su lugar,
su destino, su tonada.

Reunidos en el mundo real,
lleno de flores raras,
todos juntos se encontraban
en un jardín sin vallas.

El pájaro extendió sus alas,
volviendo a su ventana,
para así poder ayudar
a quien volar necesitara.


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