Es una reacción,
un interruptor,
una emoción,
una queja,
algo dormido
que no tiene espera.
Despierta de repente,
sin que te comprendas,
una vez que respondes
ya te ató la cuerda.
Y caes al precipicio,
prisionero de tus vergüenzas.
Entonces no sé que hacer,
me refugio en mi cueva.
Allí, solo conmigo,
mi oscuridad se despeja.
Veo salir el sol.
Veo su luz en mi puerta.
Y donde antes había dolor,
ahora, encuentro belleza.
Bellisimo.
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