Perdidas en mil batallas
tus flores vienen a verme,
escondidas, ilegales,
como si fueran "sin papeles".
Misteriosas, seductoras,
sin anclajes ni rehenes,
sin avisar se me aparecen.
Dormidas en tu belleza
en despertares florecen
para hacerme abrir los ojos,
que no me canse de verte.
En sueños sigo tus pasos,
perdido en tus vaivenes,
me tienes atado a tu carro
sin que mi libertad esté ausente.
No tengo escapatoria,
tus fragancias me sostienen.
Tus encantos son los míos,
justo ahora, aquí,
sin dobleces.
No quiero más,
todo lo tengo,
contigo soy un jardín perenne,
para cultivarnos juntos
y que el amor nos contemple.