Te encontré.
Ni siquiera te buscaba,
y te he encontrado.
Tú estabas aquí,
a mi lado,
esperando.
Sabías de mi llegada,
que escucharía tu llamada,
para llegado el momento
encontrarte,
con mi alma conquistada.
No hizo falta nada más.
Todo era un solo instante.
Y nuestros corazones se unieron
para nunca más separarse.
Quisiera que este amor,
que ahora me invade,
se convirtiera en una plaga,
que no pudiera remediarse.
Mientras tanto, aquí sigo,
abrazando lo inexplicable,
sin pretender otra cosa
que seguir siendo tu amante.