escondidos en las sonrisas misteriosas
de los ojos de la medianoche.
Las señales te dan los buenos días
refugiadas en su atalaya de encrucijadas
para indicarte la dirección de tu camino.
Los árboles se alzan majestuosos
entre contaminaciones imberbes
demostrando su gigantesca naturaleza
llena de vida.
Los vehículos fuman desesperados
emitiendo al mundo sus gases de miedo
sin que el valor de la nicotina
baje de cotización.
Las nubes se reúnen buscando lluvias
desaparecidas tras la ignorancia
de un agua que no quita ya la sed.
Los dirigentes, marionetas de lo absurdo,
parlotean despavoridos gritando hazañas
que no tienen sentido.
Y el ciudadano, es un juguete roto,
consumido por el virus de la manipulación,
que no tiene otro arreglo
que empezar a tomarse el jarabe del "darse cuenta"
Y tú, ¿sabes donde está tu jarabe?