Los renglones de Dios

No existen renglones torcidos

en el cuaderno del Amado,

pues aquella que sostiene la pluma

es la mano del hacedor.

Escucha el lenguaje del Amor

en los latidos de tu pecho,

siguiendo el compás de tu alma

encontrarás tu papel en el guion.

Tu mente querrá llevar la manija,

cambiar la escena que Dios te otorgó,

entrégate a la película del destino,

él sabe tu lugar exacto, tú no.

Cuando aprendas a escribir tus versos

con la tinta del infinito creador,

serás uno con el mundo,

desaparecerá la aparente ilusión.

Y tus renglones serán siempre rectos,

cumplirás fielmente tu guion,

porque cada palabra que escribas

será la palabra del Señor.

Hoja

Hoja temblorosa,

mecida por el viento,

depositada en el suelo,

mimosa.

Eolo cabalgado,

entre calles al galope,

jinete, viento certero,

reparte generosa

su ternura.

Igual vuela que aterriza,

acomodada en la brisa,

es hoja viajera

que no entiende

la desdicha.

El pájaro la reconoce.

El árbol la acaricia.

En medio del gentío

me sigue,

a toda prisa.

Es dama dorada,

vestida de otoño aguacero,

que entre saltos 

húmedos y sinceros,

nos hace ver que el viento

es su verdadero dueño.

 

Analfabetos

Van al mismo lugar.

Ven las mismas cosas.

Oyen el mismo cantar,

las mismas historias.

Creen saber la verdad,

estar informados de sobra,

hablando por hablar,

no entienden lo que importa.

Contaminados de ruido,

el silencio les estorba,

los predicadores del desastre

se adueñan de su memoria,

para que no vean nada más,

para que sigan en la inopia.

Y perdidos como están,

enfermos de efímera gloria,

las noticias que les llegan

no son nada luminosas.

En esta ignorancia masiva,

el que menos parece saber

no entiende de vanas lisonjas,

y aunque parezca analfabeto,

la sabiduría es su impronta.

Si quieres la verdad conocer,

lo que dentro de ti brota,

empieza por callar de una vez,

así encontrarás esa llave

que abrirá tu desmemoria.

Serás un sabio en el Ser.

Serás un elegido

en la mátrix ilusoria.

Verás todos los lugares a la vez.

Verás a todas las personas.

Todos serán uno en ti,

y tú serás uno

en todas las cosas.

El sótano de los sueños

 La escalera más transitada

del edificio de la vida,

es aquella que desciende

a un lugar lleno de gente.

En el sótano de los sueños

las multitudes se pierden,

soñando que están viviendo

cuando sólo conocen la muerte.

El olvido de la consciencia

los hace cadáveres vivientes,

transitando un camino

lleno de ceguera inconsciente.

Cuando dejen de soñar

y enciendan la luz que les despierte,

sabrán lo que es vivir de verdad,

sabrán que no existe la muerte.

Entonces el olvido pasará,

recordarán su divinidad presente,

y subiendo las escaleras por fin,

saldrán del sótano para siempre.

Soledad salvaje

Esta soledad salvaje

que llamó a mi puerta

con golpes inquietantes,

me hizo abandonar

compañías inevitables,

me dio refugio

detrás de su estandarte.

Las murallas cayeron,

el ruido pagó el peaje,

y sólo quedé yo, conmigo,

sin nadie que me delate.

¿Inocente o culpable?

No lo sé.

Quizás debí pedir rescate,

pero el plan ya estaba escrito,

debía bajarme del chisme itinerante,

y fue mi soledad

quien vino a rescatarme.

Abandoné ese andar.

Abandoné los pasos

de mis semejantes.

Y regresé al hogar,

al solitario silencio

de la dimensión insondable.

Allí me vi la cara de verdad,

supe que mi yo era un farsante,

y dejé de acompañarme.

Las calles olvidadas

Son las calles olvidadas

las que han perdido su nombre,

mientras los viandantes desmemoriados,

que no saben adónde van

ni de dónde han venido,

buscan entre los adoquines palabras ocultas

que les den señales de su destino incierto.

El viento sopla levantando sílabas

que golpean en la cara por sorpresa,

como la lluvia rebelde de otoño,

pero nadie construye una frase.

Las palabras siguen escondidas

en el saco de la ignorancia,

y el conocimiento pierde oportunidades,

una tras otra se marchan de vacío,

porque las calles siguen sin nombre

y la identidad se ha perdido.

LLamando a las Puertas del Cielo

  El pasado jueves día 20 a las 18 horas, en el Palacio de los Marqueses de la Algaba, un hermoso lugar de riqueza monumental en el centro de Sevilla que es utilizado por el ayuntamiento para actos públicos de diversa índole, tuve el inmenso placer de compartir presencialmente con los asistentes la charla que da título a este apunte. He de decir que la satisfacción que produce el estar de tú a tú con las personas no tiene comparación alguna con cualquier acto a desarrollar vía telemática. A esto, se une indisolublemente la profundidad de lo que se está transmitiendo, que llega, sin lugar a dudas, a todos los corazones. Por ello, os animo a que siempre que tengáis interés en algún evento, asistáis al mismo en persona, vuestro Ser os lo agradecerá. Aquí y ahora os dejo el vídeo de la charla. Gracias mil a la Asociación Hinneni, por gestionar el espacio, y a Armando, en particular, por su entrega y dedicación.

  

Llamando a las Puertas en Diálogos 7

  Hace aproximadamente tres semanas tuve el placer de ser invitado por mi querido amigo Rafael Bascón, director y presentador de Diálogos 7 y su programa hermano radiofónico Las cuatro estaciones, que se emite los lunes a las 18 horas en Radiópolis, a dialogar sobre mi próximo evento a celebrar el pasado jueves 20 de Octubre. Aquí os dejo el video de la citada entrevista.

 

Desaparecido

Nadie sabe dónde está.

Se ha ido.

Dejó de hablar.

Dejó de escuchar.

Abandonó el camino.

Se cansó de plegarias

que no llevan a ningún sitio.

Cerró la Puerta.

Pegó la patada.

Y dijo: "Me rindo".

Se encuentra perdido.

La brújula se estropeó,

da vueltas sin sentido,

levanta muros de artificio.

Mientras, su corazón apagado,

no ve el precipicio.

Y a punto de caer,

se desgarra,

como la camisa de un judío.

No sabe qué hacer.

Se encuentra perdido.

Nadie sabe dónde está.

Ha desaparecido.

Detrás de tu mirada

No sé si eres tú,

o tal vez son tus encantos,

los que me tienen ensimismado.

Soy yo, el que no se atreve,

el que se bate en retirada

sin que el séptimo avance,

el que saca bandera blanca

sin tratado de paz delante.

A ti me rindo sin condiciones,

arrastrado por la corriente de tus manos,

entregado a la ternura de tu abrazo.

Es inútil mirar para otro lado,

el traje de vencido me ha sido otorgado,

sin solicitud alguna por mi parte,

mi única opción es amarte.

El desfile de tus recuerdos 

puede resultar interminable,

pero, detrás de todo,

sigues estando tú:

Imperturbable, acogedora,

misteriosa y entrañable.

Todos los trajes de la vida

te han quedado bien,

ninguno ha podido ocultarte,

y yo sigo rendido a tus pies,

besando tus pasos de ángel.

Y cuando no sé qué hacer,

sólo tienes que mirarme,

para que la duda no me atrape.

Me haces sentir seguro,

me llenan tus ideales,

y así sigo mi camino,

contigo apoyándome,

porque sé que eres tú

quien siempre ha estado llamándome.

La cuerda

La cuerda es larga y sinuosa,

la cuerda te aprieta,

te ata a tu sombra,

por más que intentas 

deshacer el nudo,

la soga te estorba

y permaneces colgado,

enganchado a tu historia.

En sutiles balanceos

crees por fin soltar

aquello que te sobra,

pero sigues atrapado

en ese algo

que no te nombra.

Sigues buscando el modo

de llegar al destino

de la infinita memoria,

para así tocar el cielo,

donde la cuerda se afloja.

Hipnotizado por los engendros

sólo ves terrores,

distracciones ostentosas,

remedios enajenantes

que aprietan más la soga.

Y sigues balanceándote

de esa cuerda sinuosa,

que no quiere nombrarte,

sólo quiere

que te escondas.

No quiero más amor

No quiero más amor

que tu amor,

pues tu amor

es el Amor.

Eres el oasis

donde mi corazón,

henchido de gozo,

recibe las migajas

de tu gloria omnipresente.

Eres el báculo eterno

donde mis pasos

encuentran su guía.

No quiero más amor

que tu amor.

Todo tiene sentido

porque estás en mí.

La bienaventuranza

de tu presencia infinita

me enseña el camino

de vuelta al hogar,

de ti vengo

y a ti voy.

Es tan grande el amor

que por ti siento,

que no puedo dejar de amar,

pues todo proviene de ti.

Allí donde no te veo

no es porque no estés,

sino porque he quedado ciego

y tengo que volver a ver.

Cerrando los ojos

de par en par,

tu amor me inunda,

llenándome de paz.

No quiero más amor

que tu amor,

pues tu amor,

es el Amor.

 

El Disfraz

Es un disfraz,

este que llevo puesto,

al que sinceramente aprecio.

Puede ser grande o más bien pequeño,

según sea el momento. 

Pero la cosa está clara, 

para este baile 

en el que todos estamos inmersos, 

se ajusta como un guante 

al propósito que yo pretendo.

Puedo pensar que no me gusta,

o quizás que no sea el correcto,

pero si no sé a dónde voy

¿a qué vienen tantos complejos? 

En esta inmensa obra

el Creador nos ha dado un puesto

y nosotros, pobres imberbes, 

queremos discutirle lo que está hecho. 

El camino está en aceptar

que tu disfraz es perfecto, 

que a través de él

podrás llegar a lo auténtico.

Mientras sigas enredado 

en si tus colores van a juego, 

no estarás jugando, 

seguirás hundido en el tormento. 

En el tormento de no saber 

que estás disfrazado por completo. 

Si no amas tu disfraz, 

¿Cómo podrás quitártelo llegado el momento? 

Será la camisa de fuerza de un loco

que se cree su propio cuento. 

Enredado en la forma, en el detalle, 

en el juicio eterno, 

no podrás ver más allá de tus conceptos. 

Y continuaras perdido, 

vagando por una fiesta sin festejo.

No obstante, el Creador está aquí, 

dando a tu consciencia alimento, 

su mano misericordiosa está siempre tendida, 

para mostrarte la verdad, 

para quitarte el disfraz de golpe,

si estás preparado para el reto,  

dándote oportunidad de conocerte,

sin trajes ni remiendos.

Lo que tú eres 

no puede ocultarlo ningún entretenimiento. 

Y cuando, por fin, salgas de la obra 

y veas si has cumplido el guion propuesto, 

lo sabrás, sabrás que el Creador y tú sois Uno.

Y entonces, el disfraz, habrá muerto.

Eterna bienaventuranza

Este estado desconocido,

tan sólo tal vez ignorado,

es a la vez anhelado,

la unión con el Amado.

Conocer el gran enigma,

el origen de lo creado,

la fuente de todas las fuentes,

el manantial de lo sagrado.

Eterna bienaventuranza,

gozo ilimitado,

la verdad suprema,

lo no conceptuado.

Mirar a todas partes

y verte en todos lados,

decir adiós a la distancia,

al yo individualizado.

En este no ser que soy

es donde te he encontrado,

para amarte para siempre,

para ser por ti amado.

La mente marchita

 En el oscuro túnel

de las incertidumbres,

la mente marchita

se encuentra perdida.

No acierta a encender 

el fuego de la sabiduría.

Aquel que muestra los destinos,

los caminos de salida.

Intenta buscar oxígeno,

prender una llama

que no se extinga.

Intenta encontrar ungüentos

que sanen las heridas,

pero la mente no puede

entender la vida.

La mente no ve.

La mente grita,

pidiendo explicaciones

a lo que no se explica.

Por eso, cuando calla,

percibe la dicha.

Y la luz,

escondida en el túnel,

se hace protagonista.

Desaparezco

Me disuelvo.

Me vuelvo inconcreto.

Desaparezco.

No sé si estoy,

o es que no soy

lo que aparento.

Es como ser otro

sin dejar de ser yo,

pero sin cuerpo.

Soy aire. Soy viento.

Vuelo.

Viajo eternidades

en un segundo de tiempo.

Soy un pensamiento,

voy donde quiero,

incluso a los infiernos,

para llevar tu luz

con el sello de lo eterno.

Y finalmente darme cuenta

que en ti me disuelvo,

por eso desaparezco,

haciéndome uno contigo

en la tierra y en el cielo.

La Poesía del Espíritu

  El pasado miércoles día 11 de Mayo realicé un encuentro presencial (después de más de dos años) y online a la vez, con motivo de la creación en la ciudad de Sevilla de una nueva librería de contenidos conscienciales y esotéricos llamada Almazen del Alquimista, sita en calle Luchana nº8. La iniciativa ha surgido de parte de Kiko Martín, a quien muchos ya conoceréis por ser el anfitrión en el Rincón de Kiko, centro de referencia en actividades de autoconocimiento en nuestra ciudad. Para la ocasión, seleccioné un conjunto de poemas de especial enjundia mística, los cuales recité y comenté para los asistentes, ya sea físicamente en persona o a través de las redes. A continuación tenéis el video del encuentro.

Encuentro poético en Diálogos 7

   El pasado lunes 2 de Mayo tuve el placer de asistir al programa online Diálogos 7 de mi querido amigo Rafael Bascón. Desde hace más de dos años atrás, en pleno confinamiento dictado por el estado de alarma gubernamental, no tenía el placer de estar presente en su programa. Aquí, como preludio al posterior encuentro de Poesía para el Espíritu que se realizó el miércoles 11 de Mayo, hacemos juntos un recorrido por mi obra poética.

La brisa

La brisa de tu recuerdo

me acaricia cada mañana,

dándome los "buenos días"

al despuntar el alba.

No sé si son tus ojos

los que disfrazan mi mirada,

sólo sé que yo te veo

tras cortinas de esperanza.

Lo vacío se vuelve lleno

cuando tu presencia me atrapa,

te muestro todos mis silencios

sin que tú me digas nada.

Es un gran vivir que siento

si tu pasión me arrebata,

estás en todos mis cuerpos

y en todas mis alabanzas.

Ya no puedo perderme,

si tú siempre me acompañas,

y aunque a veces no me recuerde

desde mi olvido me amas.

No queda más que amarte,

callarme cuando me hablas,

porque estás aquí conmigo

en el fondo de mi ignorancia.

El agua que no cesa

Hay un manantial

de un agua que no cesa,

un agua transparentemente pura

que todo lo muestra.

Hay un manantial

que mana de la consciencia, 

donde la sed desaparece

incluso antes de que aparezca.

Hay un manantial

más allá de tu cabeza,

cuando abandones tus ideas

te llegará su respuesta.

Hay un manantial

de bendiciones perpetuas,

sólo tienes que postrarte

ante su sublime esencia.

Hay un manantial

que escapa a todas las tierras,

cuando dejes de ser prisionero

descubrirás su belleza.

Hay un manantial

de luces y aguas eternas, 

ese manantial eres tú,

llegó tu hora,

no te arrepientas.

La puerta

La puerta está cerrada.

He llegado aquí,

a la morada del Amor,

y me dan largas.

No queda más que esperar

a que se abra.

No quiero explicaciones,

no hay atajos que valgan.

He llegado al fin a casa.

La casa de mi señor,

aquél que por mí habla,

el que lo dice todo

sin pronunciar palabra.

Me visto de humildad,

el traje del alma,

llevando siempre conmigo

el pasaporte de la calma.

Y cuando me siento a esperar

mi corazón me acompaña.

He llegado a mi hogar,

aquí todo es bienaventuranza.

Su amor ilimitado

me ha traído a casa,

sólo queda esperar

que la puerta se abra.

 

De frente y de espalda

En el frente de batalla

todo es espalda.

Todo el mundo dispara

con balas en la recámara.

Son balas de mentiras

que matan en la distancia.

Llenas de un miedo absurdo

que a la humanidad acompaña.

Todos gritan muy alto

pero no pueden oír nada.

Están sordos, están ciegos,

y a las multitudes arrastran,

enarbolando banderas

disfrazadas de nostalgia.

Enfermos de violencia

a la guerra llaman su casa,

y caminan como zombies

en una tierra extraña.

No ven, no oyen. no avanzan,

simplemente están perdidos,

dominados por la ignorancia.

Un día regresarán al Amor,

al corazón que es su morada,

y cuando ese día llegue,

se acabarán las batallas.

 

Aire

Alguien me dijo una vez:

"Eres como el aire,

pues pasas por este mundo

sin que pueda lastimarte".

Imaginaos ser respirado

por algún pulmón elegante

con ganas de alimentarse,

o viajar simplemente al mar,

a vaciarme,

con el vuelo de las aves.

Ir de boca en boca,

entre palabras silenciosas

que no quieren hablarme.

Estoy en todas partes.

En una canción,

en un suspiro,

en un beso, anhelándote.

Me estás respirando

y ni siquiera lo sabes.

Estoy aquí,

a tu lado, 

amándote.

Mi compañera

A Cristina.

La llevo conmigo,

allá donde vaya,

mi compañera.

Con mirada certera,

con los pies en la tierra, 

no podría abandonarla,

aunque quisiera,

mi compañera.

Si yo no veo,

ella mira por mí,

me tiende su mano,

me alienta,

me lleva a cuestas,

mi compañera.

Es parte mía,

indivisible, única,

sincera.

Los caminos son paseos,

las montañas mesetas,

a su lado,

soy el rey,

ella es la reina,

mi compañera.

Sus palabras son mi abrigo,

sus besos mi tormenta,

no puedo definirla,

es ella,

mi compañera.

La amo,

la amé antes de conocerla,

estará conmigo siempre,

junto a mí,

mi compañera.

Maya

  " La Creación es luz y sombra a la vez; de otra manera, la película no sería posible. El bien y el mal de maya deben siempre alternarse en su supremacía. Si el gozo fuese continuo en este mundo, ¿buscaría el hombre algún otro? Sin sufrimiento, difícilmente trata de recordar que ha abandonado su eterno hogar. El dolor es un aguijón al recuerdo. El medio de escape es la sabiduría. La tragedia de la muerte es irreal; aquellos que tiemblan ante ella son como un actor ignorante que muere de miedo en el escenario, cuando solamente le ha sido disparado un cartucho vacío. Mis hijos son los hijos de la luz; ellos no dormirán para siempre en la ilusión".

(La Divinidad, manifestándose a través de Paramahansa Yogananda).