Detrás de cada una de tus miradas
está él.
Detrás del dibujo de tus sonrisas
está él.
Quien te acompaña siempre en tus tristezas
sigue siendo él.
¿Conoces a aquel de quien te hablo?
¿O quizás lo crees conocer?
¿Es un sueño imaginado?
¿Una imagen proyectada?
¿O de verdad es su luz
lo que ves?
Cada día está contigo,
esperando que aceptes la invitación
para darse a conocer.
Debes darle un lugar de privilegio
en la amalgama de acontecimientos
que la vida te pueda traer.
¿No te das cuenta que es el Hacedor?
El origen de cada partícula
de tu divino Ser.
Ábrele las puertas de tu templo,
que su presencia colme tu proceder.
Y tú, humildemente,
corresponde con tu inalterable fe.
Llegará el día en que lo conozcas,
y ese día,
volverás a nacer.