Si el verme
te causa inquietud,
aléjate de mí.
Si el verme
te escandaliza,
aléjate de mí.
Si el verme
te genera violencia,
aléjate de mí.
Si el verme
te hace entrar en guerra,
aléjate de mí.
Si el verme
te hace sentir diferente,
aléjate de mí.
Si el verme
te llena de ruido,
aléjate de mí.
Si el verme
te tapa la boca,
aléjate de mí.
Si el verme
te llena de orgullo,
aléjate de mí.
Si el verme
te vuelve cobarde,
aléjate de mí.
Si el verme
te hace no amarte,
aléjate de mí.
Y cuando acabes tus batallas,
y hayas recuperado tu paz,
entonces, vuelve.
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