Un día desaparecí,
de tu vida y de la mía.
No sé adónde fui.
Era un lugar que no existía.
Allí no había identidad,
pero todos me reconocían.
Era como volver al hogar,
de donde realmente provenía.
No había banderas,
ni distancias,
ni palabras huecas.
Estaba solo,
y a la vez
la soledad era quimera,
sentirse acompañado
sin que nadie lo ejerciera.
Entre el sujeto y el objeto
no había diferencia.
Era todo tan real
que brillaba con luz intensa.
Estaba unido a todo
y todo yo mismo era.
Esta tremenda inmensidad
me hizo saber con certeza,
había sido ya
borrado de la existencia.
Honda poesía, la tuya, Juan!
ResponderEliminarMagnifico Juan
ResponderEliminarGracias por tu poesía cada día
ResponderEliminarQue bello ⚘️
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